Massimiliano Strappeti es un enfermero italiano que estuvo junto al papa Francisco hasta el último minuto. Hoy, llora la muerte del Sumo Pontífice al igual que millones de católicos pero siente la pérdida de un padre. En Telenoche, Nelson Castro contó por qué fue tan importante para Jorge Bergoglio.
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“El papa Francisco le pidió a Massimiliano Strappeti que lo llevara a la plaza y, ya en los minutos previos a su muerte, le agradeció el hecho de haberle permitido ese último contacto con la gente, que fue su despedida”, contó el periodista.
Massimiliano Strappeti fue el “ángel de la guarda” del líder de la Iglesia Católica y estuvo junto a él en los momentos más importantes desde su llegada a Roma. El enfermero fue quien le daba la mano y lo ayudaba a levantarse y estuvo junto a él en sus últimos minutos de vida.
Massimiliano Strappetti estuvo con el papa Francisco hasta el final
Sin Massimiliano Strappeti el final del papa Francisco hubiera sido otro. Es la persona a la que Francisco le preguntó: ¿Estoy en condiciones de ir a la plaza? Strapetti no sólo recibió esa pregunta, también es él quien recibió el último agradecimiento, las últimas palabras de Francisco: “Gracias por llevarme a la plaza”.
Él fue el enfermero personal de Francisco desde 2022, pero lo había conocido mucho antes. Él había cuidado a Juan Pablo II y también a Benedicto XVI. En 2021 le salvó la vida a Francisco, cuando una estenosis diverticular puso en jaque su vida. Los médicos proponían opciones menos invasivas. Strapetti, sin embargo, les dijo que habría que operar. Insistió, se la jugó y lo salvó. En ese momento todo cambió.
Massimiliano empezó a vivir al lado de Jorge Mario. Además de enfermero, era la mano que lo ayudaba a levantarse. Estuvo en todas, en los días buenos y en los días en los que Francisco ya no tenía fuerzas. Todos lo vimos el último domingo. Francisco salió a dar su última bendición. No podía más, pero lo hizo. Habló y como pudo levantó la mano y volvió a Santa Marta. El lunes a la madrugada el enfermero lo vio muy mal, muy mal. Alertó a la cúpula del Vaticano. “Se muere”, les dijo. Corrió a buscar al médico de guardia, pero ya era tarde. Lo último que el Papa le dijo fue esa frase ya famosa: “Gracias por llevarme a la plaza”.
El enfermero que tiene dos hijos y que tiene una esposa, ahora tiene además un corazón que siente que perdió a un padre. Eso se rumorea en la Plaza San Pedro, la misma plaza a la que Bergoglio llegó hace tanto como cardenal, hace muchos años solo, y de la que se despidió como Papa, cumpliendo su último deseo con la amorosa ayuda del enfermero Strapetti.
