La moda femenina sigue sorprendiendo con sus giros inesperados, y esta temporada no es la excepción. Lo cierto es que el universo de los blazers fue testigo de una de las transformaciones más llamativas de los últimos años.
Si bien los blazers sastreros son una prenda clásica e infaltable en el guardarropa de muchas mujeres, hoy se ven desplazados por una opción mucho más lujosa: el blazer de terciopelo. Este material, con su brillo sutil y su textura suave, irrumpe con fuerza.
Este giro hacia el terciopelo responde a una búsqueda de lujo, pero también a la necesidad de versatilidad en un mundo donde lo clásico se encuentra con lo contemporáneo. Con colores que varían desde el verde esmeralda hasta el bordó, los blazers de terciopelo se presentan como la opción perfecta para diferentes ocasiones.
Para combinar un blazer de terciopelo y sacarle el máximo provecho, la clave está en equilibrar con prendas más simples. Para un look elegante pero accesible, se puede optar por un pantalón de corte recto o skinny en tonos neutros como negro, gris o blanco, que le darán un contraste perfecto sin recargar el conjunto. Si se prefiere un estilo más relajado, un par de jeans oscuros y una blusa básica pueden transformar el blazer de terciopelo en una pieza versátil para el día a día. Los zapatos de taco o botas de cuero son excelentes opciones, mientras que los accesorios deben ser minimalistas: un reloj elegante, unos aros pequeños o anillos discretos.

Cómo elegir el blazer de terciopelo para estar a la moda
A la hora de elegir un blazer de terciopelo hay que tener en cuenta el ajuste. Al ser una tela con una textura tan rica, es importante que el corte del blazer favorezca la figura sin ser demasiado ajustado ni demasiado suelto. Hay que asegurarse de que el largo de las mangas y el de la prenda en sí se ajusten correctamente a la estatura, ya que un buen ajuste es fundamental para que el terciopelo luzca elegante.
Colores como el negro, el bordó, el azul marino o el verde esmeralda son opciones clásicas y sofisticadas que funcionan bien en una variedad de ocasiones. Si se busca algo más atrevido, los tonos como el fucsia o el morado, pueden aportar un toque de frescura y modernidad.