Con la llegada del invierno y los días de humedad, mantener los pisos limpios y con buen aspecto se vuelve todo un desafío. Muchos recurren a los mismos productos de siempre sin obtener buenos resultados. Para obtener pisos bien limpios hay que adaptar la rutina según el clima y seguir algunos trucos.
En días de humedad los pisos tienden a quedar opacos, con marcas o incluso con una sensación pegajosa al caminar. Esto sucede porque la humedad ambiental retrasa el secado de los productos de limpieza, lo que hace que los residuos de jabón o desinfectantes queden sobre la superficie. Uno de los primeros consejos es reducir la cantidad de producto que se usa al trapear y diluirlo bien en agua tibia.
Otro punto clave es ventilar los ambientes antes y después de la limpieza, aunque el día esté húmedo. Abrir ventanas y permitir una mínima circulación de aire ayuda a que el piso se seque más rápido y evita que se acumulen olores o manchas. También es importante elegir bien los trapos o mopas: los de microfibra absorben mejor y no arrastran suciedad.
Lo ideal es evitar limpiadores aceitosos o con fragancias muy intensas, ya que en días de humedad suelen dejar una película sobre el suelo. Una buena opción es usar una mezcla de agua caliente con un chorrito de vinagre blanco.

Y si el piso queda con una sensación pegajosa después de limpiar, lo más probable es que se haya usado demasiado producto o que no se haya enjuagado bien. En ese caso, lo mejor es pasar un trapo húmedo solo con agua para remover los restos y luego secar con un trapo limpio.
Más trucos para que los pisos queden impecables
Además de ajustar los productos y la ventilación, hay otros trucos simples que pueden marcar la diferencia a la hora de limpiar pisos en días húmedos. Por ejemplo, usar agua caliente en lugar de fría acelera el secado y mejora la disolución de la suciedad. También conviene evitar trapear en exceso. Una pasada rápida, con un trapo bien escurrido, suele ser más efectiva .
Otro recurso útil es secar el piso manualmente con un trapo limpio y seco apenas se termina de trapear, sobre todo en ambientes cerrados como cocinas o baños. En pisos de madera, este paso es casi obligatorio para evitar que la humedad se filtre y dañe el material. Y si se busca un plus de brillo, una mezcla casera de agua con unas gotas de alcohol fino puede dejar los pisos impecables sin dejar rastros. Lo importante es no abusar de ningún producto y priorizar siempre la ventilación, incluso si el clima no acompaña.