Con temperaturas un poco más elevadas previstas para los próximos días, la moda de invierno se ve obligada a flexibilizar sus códigos. Lejos del abrigo pesado y las capas interminables, gana terreno una nueva forma de vestir: liviana, funcional y con una estética que respeta los tonos y formas invernales, pero adaptada al calor inesperado.
La clave para acertar está en elegir materiales frescos con estética de temporada. El lino, por ejemplo, deja de ser exclusivo del verano cuando se presenta en tonos oscuros como grafito, negro o azul petróleo. Una camisa de lino estructurado combinada con pantalones al tono permite armar un conjunto elegante, minimalista y liviano.
Otra opción muy efectiva para estos días templados es el denim liviano, especialmente en cortes amplios como los pantalones rectos o de pierna ancha. Combinados con remeras de algodón de manga larga o musculosas y una campera fina sin forro, ofrecen un look relajado y funcional. Elegir tonos apagados o neutros, como arena, gris, verde seco o celeste lavado ayuda a conservar esa atmósfera invernal sin caer en el total verano.
Los vestidos también pueden formar parte del guardarropa de invierno si están confeccionados en tejidos livianos pero con cuerpo. Un vestido camisero en azul marino o bordó, con mangas tres cuartos y corte midi, puede reemplazar fácilmente a un conjunto de pantalón.
En lugar de superponer capas, otra estrategia es construir el look en base al color. Apostar al monocromo en tonos profundos como el borgoña, el gris plomo o el verde oliva da una sensación visual de abrigo, aunque las prendas sean delgadas y livianas. Una remera de algodón de buena calidad, pantalones sastreros livianos y zapatos cerrados logran un efecto invernal sin necesidad de sumar peso.
Las polleras también encuentran su lugar. Las de largo midi y caída amplia, en géneros como el twill o el algodón con algo de cuerpo, combinadas con tops de manga larga y zapatillas urbanas, arman conjuntos que funcionan para llevar en diferentes ocasiones.
Cómo vestirse bien y a la moda en invierno
Vestirse bien en invierno no significa abrigarse de más, sino saber elegir prendas que combinen estética, funcionalidad y confort térmico. La clave está en construir capas inteligentes: empezar con una base liviana y térmica, sumar una prenda intermedia como un pulóver o camisa y finalizar con un abrigo como un tapado clásico, una campera puffer o una parka. Los materiales importan tanto como el diseño: lanas suaves, tejidos técnicos y algodones gruesos aportan abrigo sin sumar volumen innecesario.
El color también cumple un rol fundamental. Para lograr un estilo pulido, conviene apostar por una paleta de tonos invernales como el gris, el borgoña, el azul oscuro o el verde musgo y combinarlos con básicos neutros. Un buen look de invierno no necesita excesos: basta con prendas bien cortadas, accesorios estratégicos y calzado adecuado para el clima.
