Las panaderías bonaerenses están evaluando una medida drástica para sus clientes habituales como es el dejar de elaborar y vender facturas. No debe existir en la cabeza de ningún argentino la idea de ir a una panadería y encontrarse con que solo se vende pan y no se pueden comprar medialunas, vigilantes, bolas de fraile y demás facturas para acompañar los desayunos y las meriendas.
Pero, en la provincia de Buenos Aires, los panaderos alertaron que esa increíble medida está en estudio frente a una profunda crisis que vive el sector y que llevó, en el último año y medio, al cierre de 1400 locales en el distrito.
La preocupación excede al territorio bonaerense, ya que la Cámara de Industriales Panaderos advirtió que el aumento en el costo de las materias primas y la fuerte caída en el consumo están provocando un efecto de pinzas que pone en serios aprietos al negocio en toda su extensión.
De ahí que los panaderos de la provincia evalúen dejar de vender facturas, uno de los productos menos rentables por estas horas.
“El costo de producción nos superó ampliamente. Ya no podemos seguir absorbiendo todo lo que viene aumentando”, expresó Martín Pinto, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Merlo, en diálogo con LN+.

Cuánto debería valer la docena de facturas para cubrir los costos
El directivo agregó que, si se tomara la decisión de cubrir los costos actuales, la docena de facturas debería pasar de los 8 mil pesos actuales a 25 mil, un valor que dejaría a la mayoría de las familias fuera de la posibilidad de comprarlas. Y, que, como solución de mínima, van a subir el precio de la docena a 12 mil en las próximas horas.
“La verdad que así no se soluciona el problema, porque tenemos que seguir aumentando. Si no vendemos a 8 mil pesos, menos voy a vender a 12 mil. La solución no es aumentar”, reconoció.
“Hablan de un 2% de inflación, pero a mí las cosas me aumentan entre un 6 y 8 por ciento y hasta un 12 por ciento. ¿Cómo hago yo si ya vengo retrasado con los aumentos que no los puedo llevar a cabo porque no hay ventas?”, se quejó y reveló que la venta de pan cayó un 50 por ciento en su local y un 75 por ciento la de masas dulces, tortas y sándwiches de miga.
“Eso se hace todo por pedido. Hoy la gente viene y te compra por unidad. La gente compra lo que puede y no lo que quiere”, cerró.
