La psicología moderna empezó a prestarle atención a los pequeños gestos cotidianos que revelan cómo manejamos nuestras emociones. Uno de ellos es el acto de limpiar la casa cuando se está triste. Lo cierto es que esta conducta responde a mecanismos emocionales y mentales que buscan restablecer el equilibrio interno a través del control del entorno.
Según especialistas, la necesidad de ordenar, limpiar o reorganizar espacios físicos frente a una emoción negativa como la tristeza funciona como una forma de autorregulación emocional. Al realizar tareas mecánicas, el cerebro se enfoca en una actividad concreta, lo que puede ayudar a calmar pensamientos intrusivos, reducir la ansiedad y recuperar una sensación de control.
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Este comportamiento también está vinculado a un concepto conocido como “activación conductual”, una estrategia terapéutica que sugiere que realizar ciertas acciones puede mejorar el estado de ánimo.

Otras prácticas que recomienda la psicología para atravesar momentos de tristeza
Una estrategia ampliamente utilizada en terapia es la llamada regulación emocional, que consiste en identificar la emoción, aceptar que está presente y luego aplicar recursos para gestionarla. Algunas herramientas útiles incluyen escribir lo que uno siente, hablar con alguien de confianza, realizar actividades creativas o simplemente tomarse un momento de pausa sin juzgarse por estar triste.
Otra técnica es la activación conductual, que propone realizar pequeñas acciones para contrarrestar el aislamiento y el estancamiento. Salir a caminar, ducharse, ordenar un espacio o preparar una comida simple son ejemplos de pasos concretos que ayudan a reconectar con el cuerpo y el entorno.
También se sugiere prestar atención a rutinas de autocuidado básicas: dormir bien, comer de forma equilibrada y evitar el consumo excesivo de pantallas o redes sociales, ya que pueden intensificar el malestar.