Gustavo Pintos lidera un grupo de motociclistas que acompaña el desarrollo de escuelas rurales. En la primera etapa, consiguen donaciones, encaran las refacciones edilicias y de equipamiento que sean necesarias para que los chicos puedan estudiar dignamente.
En un segundo paso, buscan mediante huertas y granjas que la escuela se autoabastezca (considerando que muchas veces los chicos sólo comen en el día lo que pueden comer en la escuela). Por último gestionan becas para que los chicos con riesgo de dejar, continúen sus estudios. Mientras sea necesario, mantienen la provisión de útiles, herramientas y alimentos. Una vez que logran todas las etapas en una escuela, sin cortar el vínculo, avanzan y destinan sus recursos a una nueva institución.
Desde hace más de 30 años Gustavo recorre el país con su grupo de motociclistas. En esas recorridas, se toparon invariablemente con la pobreza y el abandono en que viven muchos argentinos. Ante eso, eligieron usar sus viajes para visitar, acompañar y potenciar escuelas rurales vulnerables. “Siempre tuve el convencimiento de que la única forma de cambiar la realidad de una sociedad se produce desde los niños”.
Como llegan a lugares a los que hasta el momento nadie había llegado, “el primer impacto que se logra es afectivo”, explica Gustavo. Hoy cuentan con:
• 30 voluntarios
• 380 alumnos como beneficiarios directos
• 450 socios aportantes
• 16 escuelas beneficiadas hasta el momento
• 5.000 km por mes recorridos en motos
• 70 días al año en las rutas
• 6 toneladas de alimentos enviados por año
• 2 toneladas de útiles escolares enviados por año
• 7 becarios
Votá a este Abanderado! Puede ganar $150.000. Click acá: www.premioabanderados.com.ar
