En esta última emisión, Lola (Calu Rivero) decide mitigar el profundo dolor que le produce la pérdida de su amado en manos de su hermana, a la que mantiene secuestrada Así, toma dos garrafas, abre sendos picos y deja que el gas impregne el lugar: busca apagar su vida y la de Bianca (Luisana Lopilato). Pero Rodolfo (Osvaldo Laport) y Renzo (Marco Antonio Caponi) logran entrar al galpón y salvarlas justo a tiempo…
Elipsis de un año mediante. La tranquilidad y el sosiego parecen haber llegado a la familia Rivera. Rodolfo y Rocío (Andrea Del Boca) disfrutan de su pequeña hija Ana, de apenas cinco meses. Además, Rocío es ahora la nueva dueña del Mercado Comunitario del Sur, al que ha acondicionado debidamente para que vuelva a abrir sus puertas. Todos los puesteros se muestran más que satisfechos con su labor y le agradecen el compromiso asumido.
Por su parte Bianca cumple el sueño de su vida. Se casa con Renzo en una ceremonia por iglesia a la que no falta nadie. Luego de dar el sí, la novia revela un secreto que agrega aún más felicidad al flamante matrimonio: está embarazada.
Luego de tanto desequilibrio, Lola es internada en una clínica psiquiátrica. Allí comienza a encontrar la paz y la tranquilidad. De hecho, recibe asiduamente la visita de su familia con quienes busca reconciliarse.
Pero hubo también otros finales felices: Pepa (Jorgelina Aruzzi) y Nito (José María Monje) se van a vivir juntos con promesa de boda de por medio; Pina (Julia Calvo) conoce a un millonario escocés que la quiere llevar a vivir a su castillo; Mandy (Florencia Torrente) consolida su relación con Tomás (Tomás de las Heras) y planean mudarse a su nuevo hogar. Teo (Ludovico Di Santo) y Lisa, la detective (Paula Morales) comienzan a salir. Y Willy (Francisco Donovan) – del local de tatoo – conoce a una nueva chica con la que pretende empezar una historia.
