Luego de la captura de Martín Lanatta, las fuerzas policiales se dedicaron a buscar a los otros dos prófugos, Víctor Schillaci y Cristian Lanatta. Según trascendió, los hombres estaban refugiados en un molino arrocero ubicado en las cercanías de la localidad santafesina de Cayastá.
El encargado de la arrocera, a pedido de su jefe de vacaciones en Brasil, fue a revisar el lugar en compañía de dos policías. Como se demoraba en salir, los efectivos ingresaron y encontraron que los delincuentes habían tomado de rehén al encargado.
Testigos de la localidad aseguran haberlos escuchado pedir agua y comida, agotados por la fuga. Por lo tanto, el cansancio y la falta de alimento y comida habrían sido el factor que desencadenó en la captura de los hombres más buscados del país.
