Una tarde emotiva vivió Nicolás Cabré hoy en el Diario de Mariana, al recordar a Alfredo Alcón, su maestro en el escenario y con quien compartió parte de su carrera artística. El vínculo con el gran comediante argentino llegó a ser tan cercano que incluso la pareja de Laurita Fernández formó parte del círculo íntimo de amigos que estuvieron junto a él hasta los últimos instantes de su vida, de cuyo fallecimiento ya pasaron cinco años.
“Con Alfredo nos reíamos mucho, hasta que decíamos ‘Basta’. Es más, cuando ensayábamos, decidíamos sacar cosas de la obra directamente porque decíamos ‘Esto no lo vamos a poder sostener’. Era un monólogo en el que él le hablaba a la gente y yo lo seguía, y no encontrábamos la manera de no reírnos. Con él nos reíamos mucho, él era muy gracioso”, empezó recordándolo Cabré.
“¿Qué significó para vos en tu carrera y en tu vida?”, le preguntó Mariana Fabbiani.
“Sin lugar a dudas, lo más hermoso que me pasó profesionalmente y en la vida también. Arriba del escenario no me va a pasar nunca más algo tan maravilloso”, contestó con emoción el actor.
“¿Cómo se generó ese vínculo?”, quiso saber la conductora.
“Se dio, fue raro. La primera vez que lo vi, me llama Adrián (Suar), porque íbamos a hacer ‘Vulnerables’, y yo no sabía nada. Y me dijo ‘Venite a las 3’. Y en ese momento teníamos que subir por una escalera que daba al costado, y yo escucho a Alfredo que dice ‘¡Nico!’. Y yo lo había cruzado una vez y sabía que el señor era Alfredo Alcón y nada más. Entonces, ya que supiera cómo me llamaba, era toda una sorpresa. Y bajó rápido, me abrazó y me dijo ‘No sabés la alegría que tengo de que vamos a trabajar juntos’. Él estaba contento de trabajar conmigo, era raro. Y se fue dando así, y no era falsa modestia. Después estábamos esperando para grabar y me dijo ‘¿Cómo lo hacemos?’ Y yo pensaba, ‘Si vos no lo sabés, estamos muertos’. Y se dio, fue natural y nos empezamos a disfrutar, y él me escuchaba, y yo lo escuchaba, y tuvimos un vínculo hermoso, que se dio muy naturalmente”, relató.
“En algún punto, él te adoptó y se convirtió en tu padrino artístico. Por lo menos, se veía así de afuera”, acotó Marina Calabró.
“Él me quiso y me defendió, y yo lo amo y lo amaré el resto de mi vida”, reconoció el actor.
“Creo que Adrián contó que a vos te tocó acompañarlo en esa última ‘visita’ que les hizo a todos sus amigos, y también ese es un privilegio, el formar parte del círculo íntimo de una persona que se despide de esa forma y acompañarlo hasta el final”, le dijo Lucas Bertero, dándole el pie para que contara cómo fue su despedida.
“Sí, poder presentarle a mi hija… Él era una cosa hermosa. Y esa última noche, si bien yo nunca hablo, nos hizo vivir una noche maravillosa donde estuvimos los más cercanos, donde pudimos reírnos. Él básicamente nos hizo reír siempre, era muy gracioso. Y esa noche, donde todos esperábamos los que sabíamos que venía, recordando anécdotas, nos saludamos sabiendo que nos íbamos a llamar en muy poco tiempo, nos dimos cuenta que él nos hizo reír hasta la última noche. Fue algo hermoso poder haber estado esa noche, despedirme y decirle gracias”, rememoró, con la voz quebrada y lágrimas en los ojos.
Y agregó otra anécdota, para explicar por qué se emocionó tanto al recordarlo: “Cuando abrían la sala y la gente empezaba a entrar, nosotros ya estábamos arriba del escenario, él en una punta y yo en la otra. Y me saludaba y me decía ‘Buen viaje’, y por eso recién me quedé. Fue decirle ‘gracias, buen viaje, pronto nos veremos’”, finalizó con muchísima emoción.
