El financista Fabián Rossi afirmó este jueves que cumplió órdenes al aceptar figurar en las cuentas suizas abiertas, según la Justicia, para lavar dinero ilícito de las empresas del detenido Lázaro Báez, al presentar un escrito y negarse a responder preguntas en la indagatoria a la que lo citó el juez federal Sebastián Casanello en la causa conocida como la "ruta del dinero K".
Rossi llegó al cuarto piso de los tribunales federales de Retiro media hora antes de la cita con el juez, prevista para las 10, y tuvo que refugiarse en un baño público para evitar contestar las preguntas del equipo de El diario de Mariana hasta que fue llamado desde el juzgado poco antes de las 11.
"¿De dónde sacó los 20 millones de dólares que estaban depositados en dos cuentas en Suiza?", indagó Mercedes Ninci. "La información que da Suiza dista mucho de ir a comprar al supermercado de enfrente y servir café en La Rosadita. ¿Cuál era su real función en la financiera?", fue la consulta de Martín Candalaft. Ninguna de las preguntas tuvo respuesta.
LA CAUSA
El exmarido de Iliana Calabró escuchó en silencio durante casi una hora la lectura de los cargos en su contra y de la prueba, para después entregar un escrito en el que admitió haber tenido participación en la apertura y manejo de cuentas en Suiza por parte de la financiera SGI, pero dijo haber cumplido órdenes de su jefe, el presidente de esa financiera César Fernández, según informaron fuentes judiciales y de su defensa.
Además, en la ampliación de su indagatoria, intentó desvincularse del manejo de la financiera, al sostener que sólo concurría allí tres veces a la semana.
Rossi escuchó cómo se lo vincula, según el escrito presentado ante el tribunal, a una estructura de lavado de dinero a través de SGI, conocida como La Rosadita, en Madero Center, para sacar millones de dólares del país y conservarlos en cuentas bancarias a nombre de empresas radicadas en paraísos fiscales, pero que en algunos casos tenían como últimos beneficiarios a los hijos del detenido Lázaro Báez.
El juez Casanello aludió a la causa judicial que lleva su colega Julián Ercolini por corrupción en la obra pública en el kirchnerismo, porque se considera que de ahí provino parte del dinero ilegal que se lavaba en un marco de corrupción generalizado.
En esa causa, Ercolini ya procesó a Báez y a la expresidenta Cristina Kirchner, entre otros, por el direccionamiento ilegal de la obra pública en Santa Cruz a favor de las empresas del detenido.
Además, la estructura de lavado buscaba blanquear una millonaria evasión tributaria mediante el uso de facturas apócrifas, para disimular falsos costos y sobreprecios en la obra pública.
