Después de caerse del caballo, Esperanza (Lali Espósito) se lastimó un tobillo y no puede ni siquiera pisar. Ante esta situación, el padre Tomás (Mariano Martínez) demora su regreso al convento y se queda en la estancia de la Madre Superiora (Ana María Picchio) cuidando a la novicia.
Como el dolor es cada vez más agudo, el cura le pide que se saque el zapato para colocarle hielo. Algo tímida y tratando de esquivar lo que puede ser un momento incómodo, la joven se resiste, pero luego cede por la insistencia del sacerdote.
“Tenés muy lindos pies”, la piropeó Tomás y siguió con las curaciones. En plena sesión de enfermería, la novicia volvió a manifestar dolor y el cura le recomendó: “Tenés que tener paciencia. Hay que aguantar”.
“Sí, hay que aguantar”, contestó Esperanza, en medio de un cruce de miradas que hablaron más que las palabras.
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