Joven, simpática, algo tímida pero, para ser sinceros, sabía mucho. Lo cierto es que todos estaban muy entusiasmados con la participante que había tocado en suerte. Sin embargo llamaba la atención su falta de interés por alcanzar el octavo escalón.
Entonces la producción del programa le sopló a Guido Kaczka el porqué de la extraña actitud de la joven. Parece que, mujer de poca fe, no creía en la genuinidad del juego. "¿Es cierto que, desde tu casa, pensabas que el programa estaba arreglado?", disparó el conductor, entonces ella, algo sonrojada, como si la hubieran descubierto metiendo el dedo en la cobertura de la torta, robándose la frutilla, respondió: "Yo pensaba que hasta el escalón ocho, ellos tenían las respuestas", declaró señalando a Iván De Pineda y a Juan Di Natale, sus casuales contrincantes
¿La razón? "Porque si no es un papelón", confesó la participante. "¡Ah! vos pensabas que lo arreglábamos para que los invitados no se sientan mal...", dijo Guido y aprovechó para despejar toda clase de dudas: "No está arreglado, pero no es fácil encontrar gente que se siente acá, porque no hay muchos que puedan responder todas las preguntas bien".
El remate, por supuesto, fue la pregunta de rigor: "Y ahora qué pensás... ¿está arreglado?". "No", contestó la participante, "ahora ya no". Ver para creer.
