De las muchas predicciones astrológicas presentadas el año pasado sobre el futuro de la Argentina para 2020, la de Ludovica Squirru es una de las pocas que acertó con la crisis sanitaria, social y económica que estalló a partir del coronavirus.
Ya en octubre pasado, la famosa astróloga había anticipado un año muy complicado para los argentinos, algo que se está palpando cada día que pasa.
“Va a ser duro, va a ser durísimo... Van a haber mínimo nueve, ocho meses en los que vamos a tener que hacer la plancha, bucear, tubo de oxígeno, para ver cómo hacemos en el día a día. Porque esto no lo salva ninguno. El que gane (las elecciones presidenciales), el que salga... Estamos todos en el Arca de Noé. Estamos todos metidos como argentinos en este barco. Entonces, abramos la cabeza. No pensemos en la política económica, no. Hablemos cómo estamos como seres humanos", advertía Squirru el año pasado, en una entrevista con el periodista Reynaldo Sietecase.
Nuevo ciclo
Hoy, en Los Ángeles de la Mañana, Ludovica amplió su predicción de aquel entonces, dando más detalles de lo que nos espera.
“Este año empieza un nuevo ciclo para el horóscopo chino y es el año de la rata de metal. Cada órgano de nuestro cuerpo está regido por un metal. Y el metal rige la parte de los pulmones, todo lo respiratorio. Y la rata, como signo fijo, el agua. Entonces, la combinación de estas dos energías iba a dar, según mi predicción para la Argentina, hantavirus, en lugar de coronavirus. Porque las ratas transmiten hantavirus a través de sus excrementos y orina, y si vos lo respirás, te agarrás una infección pulmonar tremenda”, sostuvo la astróloga.
Y agregó: “Yo lo que vi es lo que dicen los chinos, que este año va a marcar los próximos 60 años del mapa geopolítico del mundo. Y este año (a partir del 25 de enero, que es cuando se inició el Año Nuevo chino) no solo empezó con este virus, sino que lo hizo con una gran velocidad, en la que los seres humanos nos íbamos a tener que adaptar a situaciones inesperadas y límites. Este paradigma está creando un nuevo ser humano, que se tiene que adaptar muy rápido a esta nueva vida, que implica ser más solidarios".
Por último, Ludovica se refirió a la transformación del mundo que se viene: “La humanidad antes del coronavirus era una humanidad que estaba desolada, separada afectivamente, corriendo detrás de una zanahoria por un sueldo que no alcanzaba a la mayoría, sin alegría. Ahora nadie se salva de esa crisis y habrá que valorar el día a día y después ver cómo se sobrevive. Porque hay gente que va a quedar literalmente fuera del sistema y también hay un plan mayor para que muera la mitad de la humanidad. Porque detrás del coronavirus, tal vez también cambia la economía mundial. A lo mejor viene algo nuevo que nos unifica y hace que todo lo demás ya no exista más”.
