Karina Pereira es la madre de Vittorio, un nene de siete años con trastorno del espectro autista (TEA). En una entrevista con Agustina Kämpfer para Nosotros a la mañana, denunció que 43 colegios se negaron a recibir al nene.
"A los dos años empecé a ver que había algo y el diagnóstico llegó mucho después, fue un camino largo. Por suerte, en los últimos estudios me dijeron que es un autismo leve", contó.
"¿Cuáles eran esos indicios?", preguntó Kämpfer.
"Lo primero que nos llamó la atención fue el retraso en el aula. Como era muy chiquitito, su primer diagnóstico fue un retraso en el lenguaje. Vitto conecta con la mirada, que no lo hacen muchos nenes con autismo", precisó Karina.
"Por un tema conductual, le era muy difícil adaptarse a ciertas estructuras y el sistema educativo no está preparado para ciertas cuestiones porque es muy rígido. Los problemas empezaron junto con el diagnóstico y hasta por la falta de espacio. Vitto necesitaba moverse en la escuela o salir al patio, pero otro nenes no lo dejaban. Así fue como en los tres primeros años de escolarización, iba una hora y media y me hacían retirarlo", relató.
"Entre los colegios a los que les golpeé la puerta personalmente y los que llamé por teléfono, fueron 43 los que no lo recibieron. La mayoría me respondieron que no tenían vacantes para nenes con integración", expuso.
"Vitto tiene un grupo de amigos del primer cole y los chicos no hacen diferencias, no las entienden. Los adultos y los directivos de los colegios tienen que aprender de los nenes", sugirió Karina.
"Cuando estaba en sala de cinco notamos que le faltaba para entrar a primer grado por el retraso madurativo. Con el respaldo de los profesionales que lo atienden, solicitamos la permanencia, que es repetir un año, pero la quitaron por ley", manifestó.
"Hoy Vitto está en un cole especial, en donde hay nenes con otros diagnósticos", concluyó la mujer.
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