Brian Fernando Aguinaco (14), quien había sido baleado en la cabeza el sábado por dos motochorros que dispararon contra el auto de su abuelo durante una huida en el barrio porteño de Flores, murió ayer por la tarde tras ser desconectado del respirador artificial, ya que su estado era irreversible.
Después del hecho, la víctima, quien falleció en el Hospital Gutiérrez, había sido trasladada al Piñero, donde fue recibido por Enrique Rotemberg (MN: 47569).
El médico escribió una conmovedora carta y la compartió en Facebook. “Sentí la necesidad de plasmar en esas líneas lo que sentía y cómo habían actuado mis compañeros tratando de salvar esa vida. Fue muy duro, todos rodeábamos la camilla tratando de colaborar”, le contó Rotemberg a Fabián Doman.
“Brian era un río de sangre. Fue un final triste, hicimos todo lo posible. Yo veía a mi nietito, que también se llama Brian, en esa camilla. El sábado que viene me toca de nuevo estar de guardia y, por desgracia, vamos a tener incidentes por armas de fuego o heridas de arma blanca. Hay que tratar de reponerse lo antes posible porque podemos tener otra batalla”, comentó, conmovido, el profesional.
