El horror de la guerra no sólo destruye y mata sino que también deja huellas imborrables en los cuerpos. Los niños crecen mirando las ventanas de los edificios para ver si hay un arma apuntándolos. Juegan entre escombros y sangre. Sus vidas ya están marcadas por la muerte
Nadia Abu Shaban es una periodista palestina que está cubriendo la guerra en Siria, país desolado por el odio y la violencia, y retrató a una criatura sobreviviente, y a la vez víctima, del horror. Cuando la pequeña de cuatro años vio que el teleobjetivo de su cámara de fotos la apuntaba, lo primero que hizo, instintivamente, fue arrodillarse en el piso y levantar los brazos en señal de rendición. La imagen se viralizó inmediatamente en las redes sociales, desatando la indignación de los cibernautas.
Una foto. Una imagen de la guerra. Un punto de partida para darnos cuenta lo que está provocando el odio en la humanidad.
