Ariel es boxeador y llegó a Ojos que no ven para su pelea más importante: conquistar a Florencia, su masajista, su alumna, su gran amor.
El desafío no era para nada sencillo ya que ella siempre rechazó ir a tomar algo juntos. Sin embargo, se encendió una luz de esperanza cuando Flor confesó: "Tengo ganas de ser conquistada".
Cuando quedaron cara a cara, sin nadie más que ellos en el ring, la joven lo midió, avanzó y le dio un pico. "No le quería dar un beso muy grande para no pintarle la boca", le explicó a Andrea Politti.
"Me sorprendió", fue lo único que pudo decir el ganador de la tarde cuando tuvo la palabra.
