Christopher se dedica a hacer envíos en su moto y fue durante un trabajo que conoció a Carolina, tuvieron una primera cita pero decidió poner las cartas sobre la mesa en Ojos que no ven.
Hubo química para tomar una cerveza, pero no pasó más que el buen momento que compartieron en un bar.
Allí, Christopher comprobó que no solo Carolina lo atraía desde lo físico, sino que se enamoró de su personalidad y forma de ser.
Él está preparado para dar un paso más en esta historia de amor ¿Aceptará este mensaje de amor?
