Daiana, de 18 años, llegó a Ojos que no ven para declararle su amor a Luciano, un telemarketer a quien conoció por teléfono. "Fue medio rara la situación. Llamaba a mi casa para ofrecer un paquete de cable, yo atendía el teléfono y nos quedamos charlando. Así, cuatro o cinco veces. No le compré el paquete, pero me llamó mucho la atención su forma amable de hablar. Pegamos muy buena onda", contó.
"Fuimos a tomar un café a un bar de Palermo y nos seguimos conociendo. ¡Tiene unos ojazos!", agregó la joven que vivió unos años en Alemania.
Por su parte, Lucho no tenía ni idea quién era su enamorada hasta que le sacaron la venda. "Tomé esta decisión porque realmente me importás. Me empezaste a gustar cada vez más y ojalá me des la respuesta que estoy esperando. Prometo hacerte el hombre más feliz del mundo", se la jugó Dai.
Y a la hora de la verdad, él se acercó a ella y chaparon tan intensamente que ambos quedaron con marcas de rouge en todo el rostro.
