Como cada jueves, Ojos que no ven, el programa de Andrea Politti hizo su especial de Solos y solas. Esta vez, Ignacio se acercó en busca de un nuevo amor. Dijo sentirse solo y con ganas de conquistar un corazón.
La producción lo introdujo en las historias de cuatro mujeres. Una de ellas era Marilyn, una joven de 24 años que llegó del interior para estudiar y comenzó su presentación con la declaración de un raro hobbie: colecciona botones. “A veces me gustaban tanto que se los sacaba a las camisas de mi papá”, dijo.
Cuando le tocó hablar de historias de amor pasadas, lo que dijo dejó más dudas que certezas. “Tuve un novio que fue un gran amor… Nunca terminó en realidad y tuve que decidir entre el amor y mis sueños y bueno, me mudé a Capital a seguir mi carrera de diseñadora”, dijo.
“Fue una relación increíble”, agregó contundente. “¿Vos seguís enamorada de él?”, le preguntó rápidamente Politti. La respuesta de ella fue ambigua: “Ya me vine, ya terminamos, cada uno está en la suya”. La conductora, con mucho timing, repreguntó qué pasaría si lo lo volviese a encontrar. “No nos cruzamos más”, esbozó la participante.
Enseguida, Gabriel Cartañá apuntó que “venir a un programa a declararte a un muchacho y confesar que estás enamorada de otro" era un error. “Marilyn, no aclares que oscurece”, le tiró un tono de broma Politti para salir del paso en falso de la concursante.
El programa continuó y finalmente, Ignacio, contra todos los pronósticos la eligió a ella por sobre Sol, Desiree y Yusef. “Me concentré en escuchar a cada una y quizás me confundí en algún momento con la venda puesta, pero creo que elegí a la que más me atrae”, confesó el participante.
Todo terminó con un beso en la boca y la certeza del desafío que tiene Ignacio por delante de ganar el corazón de Marilyn y que ella olvide su pasado.
