Kumud finalmente recibió la carta escrita de puño y letra por Saras. Su ansiedad por conocer el contenido de la misma era casi incontenible y la que comenzó con la lectura de la misma fue su hermana.
"Kumud, es la primera vez que escribo una carta como esta. No sé cuáles son las palabras apropiadas para una carta así", leyó la chica e, imprevistamente, se frenó.
"¿Por qué dejas de leer? Continúa", ordenó Kumud. Ante la negativa de su hermana, decidió hacerlo ella misma.
"Yo soy muy sincero. Kumud, no puedo casarme contigo porque nunca podré amarte. No trates de averiguar el motivo porque nunca haré hacérselo entender a nadie. ¿Te gustaría seguir adelante con una relación sin vida? Espero no aceptes esa carga ni me obligues a mí a hacerlo", culminaba la esquela de Saras.
La joven se sintió devastada ante semejante desaire.
