Mientras seguimos jugando como chicos con todo lo que conforma el mundo de Campi, la charla fluye, amena, y se detiene en las decenas de pelucas que le pusieron los pelos de punta a su pareja.
“Cuando la conocí a Denise (Dumas), tenia cajas con pelucas y cuando sacaba a pasear al perro y no encontraba un gorro, me calzaba una. Ella me dijo ‘conmigo eso no lo hacés más’. Ahora las uso para laburar nada más”, confiesa y se ríe pícaro.
Cuando de un rincón aparece la peluca que usó para interpretar a Tato Bores en el Bailando, Campi se entusiasma y describe el minucioso trabajo de observación que usó para generar uno de los momentos más emotivos de la televisión.
El recorrido continúa por el taller en el que Campi les da vida a sus personajes para Showmatch y para su unipersonal en el teatro. Por eso, hay que moverse con cuidado entre dentaduras, tijeras y demás.
Este artesano de la risa que con su feria llegó a exhibir sus creaciones en el programa más visto tiene una relación bien definida con la fama y el éxito, gracias a una señora que lo encaró a la salida del show de Marcelo Tinelli.
La tarde va cayendo en el altillo. Nos vamos agradeciendo haber vuelto a jugar como chicos. Campi apaga la luz y los dejamos solos a ellos en su mágico mundo. Tato y Jorge ya pueden volver a hablar tranquilos, sin temor de que nadie los escuche. Good show.
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