Nuevas pericias siembran más dudas en el caso de la muerte del fiscal Alberto Nisman.
El nuevo barrido electrónico se realizó en el Centro de Información de Fiscales en Salta y en él se intentaron reproducir las condiciones en las que supuestamente fue disparada la pistola que mató a Nisman.
En el estudio se utilizó un maniquí al que le cubrieron la mano con piel de chancho, que simularía la piel del fiscal donde deberían quedar restos de pólvora, y dispararon un arma que estaba en la mano del maniquí.
Las tres muestras que se tomaron se analizaron en distintos momentos, para simular los distintos escenarios: una se tomó de inmediato, otra a las diez horas y una tercera a veinte horas del disparo. Las tres tuvieron en común los rastros de pólvora residual en la piel, con lo cual se concluiría que la muestra que dio negativo de Nisman, de haberse disparado con el arma de Diego Lagomarsino, debería tener esos mismos rastros.
Las tres opciones que se analizan ahora son que la policía tomó mal la muestra de la mano del fiscal, que Nisman no se disparó o que le limpiaron la mano.
Crece el misterio en torno a la muerte del fiscal.
