Una historia romántica y nostálgica se desata cada día en Parque Rivadavia donde familias, padres e hijos, se reúnen para intercambiar las figuritas y poder llenar el álbum del mundial.
No es raro escuchar allí: “Cambio, cambio figuritas”, “Late, nola” o “En Europa, no se consiguen” como una especie de lenguaje y código entre todos los que aspiran a completar o lograr una abultada colección de “figus” de sus jugadores favoritos.
La ceremonia de trueque de las figuritas se repite sin falta cada cuatro años. Pasa el tiempo, pasan los jugadores, pasan los mundiales, y la pasión por el álbum queda.
¿Existe la figurita difícil?
De acuerdo al informe de Telenoche, esto es cosa del pasado. Antes era más complicado acceder a ciertos jugadores o equipos, pero el encuentro que se lleva a cabo en Parque Rivadavia logra que las figus “raras” o “escasas” no sean tantas.
Además, la tarea por completar el álbum alcanza a todas las generaciones y géneros. Las madres y abuelas se suman para ayudar a sus hijos y nietos a lograr el objetivo. “Cualquier cosa se hace para el nieto”, dijo la abuela que está chequeando si tiene todas las figus. “Cuando llego a la noche y le doy las que encontré, es una felicidad inmensa”, aseguró.
Lo cierto es que cuando llega el mundial, los más chicos juegan un mundial paralelo, el de completar figuritas y todo el folclore se vuelve magia.
