El lugar es conocido como la frontera y es la zona que rodea a la General Paz, a la altura de Liniers y Ciudadela. Todos los días, un grupo de menores, de entre 14 y 16 años, llegan al lugar para confundirse entre la multitud y ante el más mínimo tumulto arrebatan celulares, bolsos y carteras.
“Acá está lleno de pungas y chorros y le roban a gente indefensa, como ancianos y mujeres”, comenta una mujer que frecuenta esta zona caliente.
“Soy de Fuerte Apache y robo celulares desde hace un año porque necesito comer y vivo en la calle. Después los vendo a siete gambas o mil pesos por el barrio. Cuando me agarra, la Policía me pega cachetazos, me retienen un toque y me sueltan”, relata uno de los pibes chorros, de 14 años.
“La Policía nos saca la plata y los tubos. Y te sacan los cordones para que no corras”, agrega otro de 16.
Que les saquen los cordones no los inmuta porque cuando son liberados roban un par de las zapatillas exhibidas en los comercios.
“Un día me robé tres celulares y me hice 5.000 pesos”, infla el pecho uno. “Cuando sea grande quiero robarme un banco o un blindado”, le confiesa otro a Martín Ciccioli.
Mirá este impactante informe en el video.
