A Fiona Lauriol, un día le avisaron que a su abuela Dominique, que tenía 101 años, le quedaba una semana de vida. Impactada por la noticia, a pesar de que no tenía un vínculo cercano con la anciana, se decidió a viajar 500 kilómetros para verla en el geriátrico donde estaba internada, la sacó de ahí, la llevó a su casa y le propuso hacer un último viaje por el sur de Europa en motorhome.
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La mujer le dijo que sí, solo para llevarle la contra a su hija, que no estaba de acuerdo. El viaje duró más de dos años, durante los cuales nieta y abuela recorrieron más de 15 mil kilómetros por Francia, España y Portugal.
“No tenía mucho vínculo con mi abuela. Nació en un pueblo de Italia en 1917, emigró a Francia de niña y era muy sedentaria. Yo, en cambio, viajé toda mi infancia con mis papás, nunca fui a la escuela. Éramos como dos opuestos. Aparte tenía un fuerte carácter, podía ser muy autoritaria y desagradable”, contó Fiona, en diálogo con TN.
Prueba de ello fue la recepción que le dedicó cuando la nieta llegó al geriátrico: “Ah, es la vieja fea que me viene a buscar”, dijo delante de las enfermeras, y Fiona pensó: “Bueno, es una semana, aguantaremos”.
Sin embargo, Dominique vivió más allá de esa semana, mientras que Fiona aprendía a convivir con una mujer anciana, discapacitada y próxima a morir.
La experiencia de viajar con la abuela
Para poder hacer una primera prueba, la joven llevó a su abuela en un viaje de una semana por el sur de Francia, que terminó muy mal: “Mi abuela se cayó cerca de un lago y se rompió la nariz, le tuvieron que dar ocho puntos; y una noche de granizo se despertó aterrorizada pensando que había un bombardeo”, recordó.
Sin embargo, al regresar a su casa, la mujer le pidió a su nieta volver a salir de viaje, en un periplo que duró un año y medio, casi sin parar, en el que celebraron sus cumpleaños 102 y 103, hasta su muerte en junio de 2020.
“Se levantaba con entusiasmo. Ella, que nunca había viajado, se maravillaba por los paisajes que veía desfilar por la ventana, los lugares que conoció. Empujar la puerta a la mañana y descubrir algo nuevo le devolvió la vida”, aseguró Fiona.
