Una joven se volvió viral en las últimas horas luego de que contara el calvario que sufrió cuando fue a sacarse el ácido hialurónico a una estética.
En TikTok mostró fotos del antes y después del tratamiento y las imágenes shockearon a sus seguidores. Desde su cuenta @sarajurado98, Sara explicó que tenía el ácido aplicado desde hacía un año pero que, tras la sesión para quitarlo, debió acudir al hospital.
En la primera foto se la ve con una crema anestésica colocada en los labios. Poco después, el rostro comenzó a hincharse a raíz de la reacción que sufrió su cuerpo.
La boca le quedó notablemente inflamada, pero, a pesar del mal momento, eligió tomárselo con humor. “Sigo riéndome, no pasa nada”, escribió, pero las fotos realmente alarmaron a sus followers.
Por el momento, Sara desconoce por qué la sesión le provocó tal reacción en el cuerpo siendo que tenía el ácido aplicado desde hacía un año.
Los comentarios, como era de esperarse, no se hicieron desear: “Quedaste como el ayudante de Randall en Monster Inc”, “es el pez gota”, “parecés la de Espanta Tiburones”, “pero, ¿te lo fuiste a sacar o a ponerte el triple”.
Fue a la cama solar, incursionó en una técnica distinta y terminó quemada en el hospital
Una joven de 23 años quiso probar una técnica distinta en la cama solar pero todo terminó de la peor manera. La británica compartió el testimonio en redes sociales y las fotos de su cuerpo y rostro quemados no tardaron en viralizarse.
Natalia Armstrong, oriunda de Gran Bretaña, vivió una verdadera pesadilla tras el error que se cometió en la cama solar a la que asistió. “No lo intenten en casa ni en un local de camas solares. Repito, no lo intenten en casa ni en un local de camas solares”, arrancó en su relato.
Según su testimonio, el problema fue que decidió acostarse al revés en la cama solar, colocando el rostro donde normalmente van las piernas. Sobre esta decisión, contextualizó: “Alguien que conozco me contó que ella y sus amigas lo hacen siempre. Muchas personas lo hacen. Yo, inocentemente, también lo hice sin saber que podía dañar mi cara así”.
En solo 20 minutos, Natalia empezó a experimentar síntomas anormales en su cuerpo que encendieron las alarmas. Tras salir de la sesión no notó ningún dolor extremo, por lo que primero decisió ignorar su malestar. Pocos días después vio que la piel de su cara se despegaba.
El primer signo preocupante apareció dos días después. Fue su hermana que la despertó alarmada por el aspecto de su cara, que estaba hinchada y fuera de lo común. Frente a esto se aplicó cremas hidratantes en un intento desesperado por volver a la normalidad.
Sin embargo, ese fue el inicio del fin: se le hincharon los dedos de las manos a tal punto que no le salían los anillos y su piel estaba cada vez más roja. Cuando fue al hospital, el médico tuvo que cortar cuatro anillos para poder retirarlos. “Los anillos se reemplazan, los dedos no”, advirtió Armstrong. Pese a eso, uno de ellos se infectó.
