Aunque muchas veces pasan desapercibidos, los pies cumplen un rol clave en nuestra salud general. Soportan el peso del cuerpo, están expuestos a humedad constante y suelen pasar largas horas encerrados en calzado cerrado. Sin embargo, pocas personas les dedican el cuidado que realmente necesitan. En este contexto, un truco casero simple y económico se volvió viral por sus múltiples beneficios: sumergir los pies en agua con sal y bicarbonato.
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La práctica, avalada por especialistas en podología, funciona como un tratamiento natural de higiene, relajación y prevención. Ideal para quienes sufren de transpiración excesiva, talones agrietados o simplemente quieren mejorar el aspecto de sus pies.
¿Por qué sal y bicarbonato para tratar los pies?
La combinación de estos dos ingredientes tan comunes en cualquier cocina actúa como un potente limpiador natural. Según los expertos, este baño casero aporta tres beneficios principales:
- Antiséptico y desinfectante: ayuda a eliminar bacterias y hongos, muy comunes en personas que usan calzado cerrado durante muchas horas.
- Desodorante natural: el bicarbonato regula el pH de la piel y neutraliza los olores desagradables, dejando los pies frescos por más tiempo.
- Exfoliante suave: ambos ingredientes ablandan la piel endurecida, remueven células muertas y mejoran la textura de los talones.
- Desinflamante natural: el uso de estos elementos también alivia la hinchazón de los pies.
Paso a paso: cómo hacer el baño de pies que es viral
Realizar este tratamiento es fácil, accesible y no lleva más de 20 minutos:
- Llenar un recipiente con agua tibia (lo suficiente para cubrir los pies).
- Agregar 2 cucharadas de sal gruesa y 2 de bicarbonato de sodio.
- Mezclar bien hasta que los ingredientes se disuelvan.
- Sumergir los pies durante 15 a 20 minutos.
- Secar con una toalla limpia y aplicar crema hidratante para completar el cuidado.
Se recomienda repetir este procedimiento entre una y dos veces por semana, especialmente en épocas de calor o cuando se nota sequedad, grietas o cansancio en los pies.
Este simple baño no solo deja los pies suaves y frescos, sino que colabora con la prevención de infecciones como el pie de atleta, una afección común provocada por hongos. Además, el efecto relajante del agua tibia combinada con los ingredientes ayuda a aliviar la hinchazón y mejora la circulación, especialmente en personas que pasan mucho tiempo de pie o tienen mala circulación periférica.
