Lara Piro, la abogada de Mauro Icardi, reveló que el futbolista “está destruido” tras su escandalosa pelea en el Chateau Libertador con Wanda Nara cuando fue a buscar a sus hijas para cumplir con su restitución exigida por la Justicia, y que lo que pasó fue “una emboscada”.
“¿Al día de hoy, pensás que fue una trampa?”, le preguntó Viviana Canosa sobre la escandalosa pelea que ocurrió en el edificio de Núñez.
“Total. Yo creo que Wanda conoce a Mauro como nadie, es como su sexto hijo, lo conoce desde que tiene 17 años. Fue pareja desde los 19. Mauro prácticamente no tuvo vida anterior a Wanda, entonces sabía cómo iba a reaccionar”, le empezó contestando.
Y prosiguió: “Mauro igual, más allá de los perros, hubiese tenido que volver porque la demanda judicial decía que las nenas tenían que ir con ropa, con útiles, con uniforme, sin perros. Nunca nombraba a los perros. Y las nenas aparecieron un día frío, medio lluvioso, con una ropita de verano, sin nada de ropa, sin útiles, sin mochila y con tres perros. Entonces, en algún momento iba a tener que volver. ¿Cuál hubiese sido el mejor escenario? Que hubiese vuelto a su casa, que al otro día hubiese mandado a alguien a buscar la ropa o que me hubiese dicho a mí ‘Lara, voy a volver’”.
“Cuando yo se lo reprocho, me dice ‘no te quise molestar’, porque estábamos desde la mañana las tres trabajando en recuperar a las nenas, porque Wanda a una no la había mandado al colegio a propósito, la otra estaba en un campamento en Tandil y había que interceptar el micro para recuperar a las nenas”, agregó la letrada.
La excusa de Wanda Nara para no entregar a sus hijas
“Ella dijo que estaba enferma una de las nenas, que tenía una angina”, le recordó Débora D’Amato.
“¿Justo la nena se enferma el día que tenía que ir con el padre?”, ironizó Piro, y agregó: “Entonces no presentás un escrito diciendo que no fue a lo del padre. Un padre que crió dos hijas solo, en Turquía, mientras ella estaba acá haciendo programas de televisión y disfrutando de su relación paralela con el señor Elian Valenzuela, podía tranquilamente cuidar a su hija con una simple angina”.
