El huevo, un alimento versátil y nutritivo, se convirtió en un pilar fundamental en las dietas de quienes buscan mejorar su salud y bienestar. Su inclusión en el desayuno, tal como lo recomiendan los especialistas de Cuestión de peso, ofrece múltiples beneficios.
Lo cierto es que las proteínas de alta calidad presentes en el huevo son la clave de su poder saciante. Al digerirse lentamente, estas proteínas mantienen los niveles de azúcar en sangre estables, evitando los picos y las caídas bruscas que provocan hambre y antojos. Esto se traduce en una mayor sensación de saciedad y en una menor ingesta calórica a lo largo del día, favoreciendo así el control del peso.
“Ayuda principalmente porque arrancan el día bien saciados y evita que les de ganas de andar picoteando. Es más que nada para la saciedad”, dijo Estefanía Pasquini en Cuestión de Peso y sobre la importancia de consumir un huevo en el desayuno para mantener una dieta equilibrada.
Tal cual reveló la nutricionista, incluir un huevo en el desayuno es una excelente decisión para comenzar el día con energía y saciedad. Las proteínas de alta calidad presentes en el huevo se digieren lentamente, proporcionándote una sensación de plenitud duradera que reduce el apetito y evita los antojos entre comidas. Además, su rico contenido de vitaminas y minerales esenciales, como las vitaminas A, D y B12, hierro y selenio, contribuye a mantener un organismo sano y fuerte. Al incorporar el huevo a la dieta, no solo se fortalece el sistema inmunológico sino que también se favorece el control de peso y el rendimiento físico.
Pero los beneficios del huevo van más allá de la saciedad. Su rico perfil nutricional es fundamental para el correcto funcionamiento del organismo. La vitamina D, por ejemplo, es esencial para la absorción de calcio y la salud ósea, mientras que el hierro contribuye a prevenir la anemia. Además, las grasas saludables presentes en la yema del huevo son necesarias para la absorción de vitaminas liposolubles y para el buen funcionamiento del cerebro.
Tal cual revelan algunas investigaciones, la ingesta regular de huevos está asociada con un incremento en la masa muscular, lo que a su vez favorece el control del peso y optimiza el funcionamiento metabólico.
La cantidad óptima de huevos en la dieta puede fluctuar dependiendo de cada individuo. No obstante, como regla general, los profesionales de la salud recomiendan que un huevo al día es una cantidad adecuada y saludable para la mayoría de las personas.
Mitos sobre el consumo de huevos
Durante mucho tiempo el huevo fue objeto de diversos mitos que limitaron su consumo. Uno de los más persistentes era la creencia de que el colesterol presente en la yema aumentaba los niveles de colesterol en sangre, incrementando el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, numerosos estudios científicos demostraron que, para la mayoría de las personas sanas, el consumo moderado de huevos no tiene un impacto significativo en el colesterol “malo”.
Otro mito común era la idea de que la yema del huevo era la parte menos saludable, debido a su contenido de grasa y colesterol. Sin embargo, la yema es la parte más nutritiva del huevo, ya que contiene la mayor parte de las vitaminas, minerales y antioxidantes, como la vitamina D, colina y luteína, esenciales para la salud ocular y cerebral.
Además, se creía que los huevos eran un alimento exclusivo para deportistas debido a su alto contenido proteico. No obstante, las proteínas de alta calidad presentes en los huevos son beneficiosas para todas las personas, ya que contribuyen al crecimiento muscular, la reparación de tejidos y la sensación de saciedad.
Contrario a lo que muchos piensan, cocinar el huevo no disminuye significativamente su valor nutricional. De hecho, cocinarlo puede mejorar la digestibilidad de algunas proteínas y eliminar posibles bacterias dañinas. Asimismo, el color de la cáscara del huevo no influye en su valor nutricional, ya que esta variación se debe principalmente a la raza de la gallina.
