Realizar ejercicio, al menos una vez por semana, es indispensable. Acompañada de una alimentación saludable, la actividad física es una de las herramientas clave para una buena salud. El entrenamiento no sólo tonifica los músculos sino que también previene futuros dolores musculares.
La rutina de ejercicio basada en la fuerza no debe ser lo único a tener en cuenta. Los estiramientos básicos y los ejercicios aeróbicos previos son la clave para que los dolores musculares no aparezcan luego del entrenamiento. Esto incrementa la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, optimizando así el rendimiento y la respuesta motriz.
Preparar el cuerpo de manera adecuada antes de realizar actividades que impliquen movimientos rápidos o levantamiento de peso es indispensable. Este proceso no solo activa el cuerpo, sino que también estimula el sistema nervioso, mejorando el equilibrio y preparando las fibras musculares para alcanzar e incluso superar los objetivos propuestos.

La importancia de los estiramientos básicos
Realizar un correcto estiramiento del cuerpo antes de comenzar con una rutina de entrenamiento mejora la flexibilidad, en primer lugar. Dichos estiramientos mantienen y aumentan la flexibilidad de músculos y articulaciones, lo que favorece una mejor movilidad y previene lesiones.

Por otro lado, estirar los músculos con regularidad disminuye la rigidez, especialmente tras largos periodos de inactividad y previenen las lesiones musculares y articulares durante actividades físicas intensas. Como si fuera poco, también incrementan el flujo sanguíneo hacia los músculos, lo que optimiza la circulación.
Por último, se sabe que estirar con regularidad favorece la alineación adecuada de la columna vertebral y mejora la postura corporal en general. Todo esto, ofrecen además beneficios mentales ya que logra relajar el cuerpo y disminuye los niveles de estrés y tensión muscular.