El ejercicio físico regular es una de las herramientas más efectivas para cuidar la salud cardiovascular, especialmente cuando se trata de mantener el colesterol en niveles adecuados. Junto con una alimentación equilibrada, moverse todos los días puede marcar una gran diferencia.
Según expertos en medicina, al menos 30 minutos de ejercicio moderado al día, como caminar a paso rápido, andar en bicicleta o nadar, pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol “malo”. Si se realiza de forma constante, esta rutina tiene un impacto positivo sobre el metabolismo de las grasas, mejora la circulación y reduce la inflamación en el cuerpo.
Para quienes ya tienen el colesterol elevado, algunos estudios recomiendan aumentar la actividad a entre 45 y 60 minutos diarios.

Más información sobre cómo controlar el colesterol
Además del ejercicio físico, una de las formas más efectivas de controlar el colesterol es a través de la alimentación. Reducir el consumo de grasas saturadas y priorizar alimentos ricos en fibra soluble ayuda a disminuir el colesterol “malo” en sangre. También es recomendable incorporar grasas saludables, que favorecen el aumento del colesterol “bueno”.
Otro aspecto clave es mantener un peso saludable y evitar el consumo de tabaco y alcohol en exceso.